jueves, 18 de diciembre de 2008

vacaciones - capitulo 8 y 9 -

Anya Araña de Alemania en España comiendo lasagna de castañas todas las mañanas entre una maraña de mañas se viene de compras.

Debo confesar que ir de compras al supermecado con Anya araña de Alemania es todo un placer. Le gusta que la lleven con un punto de sofistificacion y picardia. Como una antesala a un momento unico.
Elejimos un par de vinos, nos decidimos por el Lambrusco tinto. Estaba a buen precio y va excelente de sabor. Tocabamos a botella por cabeza, mas un martini.
De comer nos apetecio apenas algo para picar con salsas. El plan era hacer una salsa para Anya Araña de Alemania con un buen contenido de picante. Esa salsa nunca vio la luz.
En la fila del supermercado para pagar me encuentro con un viejo cliente. Tengo un pequeño tic. Cuando no me acuerdo de las personas sobre su origen, de donde los conozco o su nombre o simplemente porque no tengo ni puta idea de quien es el tio que me saluda, lo que hago es llamarlos como “Niño” o “Niña” según el genero. Lo siento por todos esos desconocidos que he saludado.
Anya me llevo a casa para ducharme y desprenderme de una arena que se sentia a recuerdo que no se borra.
En la casa estba Marcelo, el padre de Maxi, quien noto nuestro malhumor, aunque mejor seria decir que se lo hicimos notar. Esgrimimos las razones por las qaue considerabamos a Maxi un autentico gilipollas. Marcelo siempre ha sido una persona que en un cierto punto reniega de la amistad que mantengo con Maxi, pero sin dejar de sentir un aprecio paternal por quien les habla.
Tuvmimos esa discucion de padre sabio a hijo rebelde que solemos tener.
Aguante hasta donde pude con mi rebeldia y marche a ducharme. Abajo deje a Anya Araña de Alemania hablando con _Marcelo.
Con la sangre en plena ebullicion por haber revivido en palabras la mala final parte de la tarde, arme mi maleta para marcharme a pasar la noche en la casa a Anneken. Aun al pesar de Maxi.
Ya duchado y con la maleta lista, baje a despedirme con Marcelo a la vez que disculpase por lo intespestiba de mi marcha.
Nos despedimo y marchamos con Any Araña de Alemania a buscar a Anneken para ir cenar, que nos moriamos de hambre.
Ya con Anneken el destino era una pizzeria a la que solia ir a cenar con Laura. Esta en un centro comercial en Orihuela Costa. A coro con el acontecimiento se llama “GoodFellas”, “buenos amigos” en la lengua de Shakespare.
Como habia dicho antes, era momento de Baco. Me tome la libertad de elegir en el restaurante un Ribera crianza 2001. Estaba muy bien el vino, tanto que no supimos experimentados catadores de vinos como para decir que sabia a melocoton y frutas del bosque.
Y para el estomago una buenas pizzas.
Me encontraba a gusto manteniendo una charla de cultura general con amigos, es el tipo de forma de pasar una cena que defiendo.
Empapados por una charla que jamas quedara en los anales de grandes filosofos, llama Maxi. Aun con vestigios de su enfado pregunta por nuestra ubicación.
Accedemos a que se una al grupo solo con una condicion, que traiga una carita feliz, porque esa noche, nacio “El club de las caritas felices”.

El club de las caritas felices.
Anya Araña de Alemania, Señorita Heineken, RastaMon y Rancito, los alteregos de lo que somos. Esos personajes que se apoderan de nosotros en momentos unicos que irrepetibles. Desquiciados, con un punto freak, borrachos con clase y drogatas sociales.
No siempre tenemos que estar pendientes de lo que somos y de como os comportamos respecto al mundo que nos rodea, a fin de cuentas, a quien coño le importa si el que vomita en una esquina es Ramon o RastaMon?. Mi cabeza es la que decide quien es el que recuerda a “Hugo”, si el señorial y respetuoso Ramon ó el rebelde sin causa borracho social de RastaMon. La diferencia es imperseptible a los ojos del mundo real.
El club de las caritas felices, cuatro irresponsables que lo unico que pretenden es atesorar por siempre esos recuerdos que el exceso de alcohol se encarga de destripar dejando unicamente trozos en carne viva pudriendose en pequeños rincones de nuestra cabeza.
Decidimos que esa noche naceria el club. Llevariamos con orgullo por una noche la bandera de una amistad que merece la pena guardar. Esa noche, todas las tristezas que podria haber recordado esta tierra en donde tanto llore, simplemente no existirian.
Los cimientos de este club eran las risas, los porros y el buen vino. Hubo fotos de la fundacion del club. Tambien proyectos de viajar a algun lado, supongamos Sierra Nevada por poner un ejemplo. Seguramente este proyecto de viaje jamas se daria, pero esa noche nos alcanzaba con imaginarlo. La simplisidad a veces es la que te regala las sonrisas mas sinceras. Es la mejor tinta para ese tattoo del alma.
Este club no tiene ningun otro motivo ni duracion mas alla de lo que tardemos en beber la ultima gota de Lambrusco que nos espera en la casa de Anneken.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola amigo, aca estoy, despues de haber leido tu nota q me hizo recordar a cuantas borracheras pasamos juntos, a cuantas divertidas noches en tazz o en arena o en jobs o en donde fuera, pasamos...
desde aca, me uno al club de las caritas felices (puedo?) y esta noche, voy a brindar por los divertidos recuerdos q tengo tuyos...
Besos...
Vale o RealVal, como prefieras...

suciopatan dijo...

jajajaja! gracias vale por pasarte.
Claro que podes unirte al "club de las caritas felices", es mas, podrias armar la sede en baires!
jajaja
un beso lokurita