Pasan, me observan. Algunos hasta se detienen a observar mi habitat. Se los ve que comentan entre ellos alguna que otra cosa, y a veces hasta sonrien.
Miran el techo de mi habitat. Creo que a veces hasta les entran ganas de alimentarme.
No falta tampoco el que pasa, sonrie y te hace alguna morisqueta. Estan tambien, lo que solo estan para molestar.
La pregunta es...TAN RARO ES VER A UN RECEPCIONISTA DE NOCHE!?!?!
La sensacion que tengo al ver vuestras caritas al pasar es que me teneis como si un mono de zoologico fuera.
Eso si, reconozco que soy peludo, dudo bastante de mi aspecto de primate aunque cuente con la inteligencia del mismo, a veces me la paso comiendo cacahuetes...y otras tantas os hago morisquetas, pero...NO SOY UN MONO DE FERIA , COJONES!
Pero claro, llega el punto en que a uno estar asi de encerradito todos los dias se le comienze a quemar la cabeza y piensa como un mono.
Dentro de lo que es mi jaula, veo pasar al simpatico, ese que pasa se te queda observando, sonrie y hasta casi establece un contacto visual contigo, o casi lo que le permite todo el alcohol en sangre.
Luego tenemos a los enamorados, esos que romanticamente pasean, se detienen frente a la jaula y miran tu habitat como diciendo "mira, que mona la casita...y mira el monito!ayyy!".
Tambien mi cabeza creo a la figura del mono en celo, que ese chabal que pasa con la tia de infarto y vengan a decirme ustedes porque, pero siempre elige la puerta del hotel para morrear con ganas a esa tia de infarto con la que pasea su ego.
Los abuelitos, esas tiernas personas que casi mejor tenerlos de publico que de clientes. Y sin animo de ofender ya que los abuelitos son gente genial, pero tan solo como ejemplo, les comento del abuelito que paso por el hotel. Quien bajo a recepcion a preguntar acerca de donde se servia el desayuno. Le indico dandole que tenia que ir al primer piso y al salon Morado. Bien, el simpatico señor sube por el ascensor, para a los diez minutos volver con cara de intriga, ya que el decia no haber encontrado el salon. Le vuelvo a indicar y se va. Cuando estoy por irme a desayunar, me lo cruzo bajando unas escaleras que vaya a saber uno como llego hasta ahi, pero sin encontrar aun el desayuno y casi enfadandose conmigo por no encontrarlo. Entrañable.
Y para terminar esta jugueton, ese que viene todo cachondo y se pone a dar vueltitas en la puerta giratoria. Hagan una prueba. La proxima vez que vayan al zoo, intenten jugar con un mono. Puede ocurrir dos cosas, que se sume al juego y sonria con tu estupides, ó , se puede enfadar y salir a comerte crudo. Por ejemplo, el dia que este monito que escribe, luego de que un grupito de fachitas se pongan a cruzar corriendo por las puertas giratorias sali al cruze de ellos con una simpatica barra metalica metida en la manga del traje. Aunque ultimamente la opcion violenta la descarté. Prefiero educar a las bestias. Salgo, les pregunto si ha sido divertido, y ademas de hacerlos sentir unos gilipollas, tambien hurgo en su pena metiendoles en sus ebrias cabecitas que de esa manera solo le joden la vida a un simple monito como yo, que esta ahi ocho horas diarias un poquito hasta los huevos, y que lo ultimo que necesita es que vengan dos gilipollas a provocar que ,en caso de ser visto por la gerencia , a uno le toquen los huevitos.
Asi que ya saben, queridos lectores, cuando pasen por la puerta de un hotel, recuerden que ahi dentro se esconde un simpatico monito que lo unico que hace es ganarse los platanos.
2 comentarios:
"Prefiero educar a las bestias." Qué grande eres!
Muaaks!
JA! ni grande ni na', pequenia saltamontes (malditos teclados ingleses)
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