viernes, 28 de noviembre de 2008

El ascensor

Mas de una vez os abreis sentido incomodos en un ascensor. Mirais el techo, la punta de vuestros zapatos, la hora, etc...
Pero, a lo que voy es, porque cierta gente no puede convivir con el silencio durante un par de miseros segundos?
No, existe gente que no puede. Que su silencio les molesta, les atosiga por dentro su conciencia empujandolos a decir alguna pelotudes.
El abanico de tonteriaas a mencionar en un ascensor puede ser de lo mas variopinto. Por ejemplo, dias atras tuve que acompañar a un cliente para cambiarlo de habitacion.
En el cortisimo viaje de la recepcion hasta el tercer piso, el señor (llamemosle Propper) me pregunto lo siguiente:

Sr. Propper: "Cuantos habitantes tiene esta ciudad?"
Mente del Recepcionista de Noche:"me estas preguntando esto a las 3 de la mañana en un puto ascensor, calvo de mierda?!?!?!?!"
Recepcionista de Noche: "Lo desconozco, Señor..."

(silencio durante 5 segundos)

Sr: Propper: "El hotel esta lleno por el congreso,no?"
Mente del...:" A ver, calvo de los cojones, que mierda te importa si el hotel esta lleno o eres el unico tocapelotas en toda la puñetera ciudad?"
Recepcionista:" si, señor...tenemos el hotel casi al completo"

(silencio durante otros cinco segundos)

Sr. Propper: "y vaya dia,no? es normal este frio por aqui?
Mente del...:"pero vamos a ver hijo de la gran puta...me cago en tu puta simpatia pero acaso no te das cuenta que me suda las pelotas tu mierda de compania y mas aun tu mierda de charla?"
Recepcionista: " Si, señor...esta haciendo mucho frio y creo que es normal para estas fechas..."

Ding! dong!! (llega el ascensor al tercer piso y suspiro aliviado)

La situacion antes descrita ha sido real, al igual que los pensamientos que tuve.
Pero convengamos una cosa. Ya es bastante incomodo el compartir un reducido espacio de dos metros cuadrados con un completo desconocido como para que encima tengamos que sociabilizar mediante comentarios absurdos y que bajo ningun punto de vista pueden llegar a tenerlos en el dichoso ascensor.
La cosa cambia cuando viajamos solos en el ascensor. Muchos se miran al espejo (todos los ascensores tienen espejos, supongo que para que uno no se aburra), otros miran el movil...Yo, particularmente, simplemente me apoyo en la pared y me obveservo. Pongo caras estupidas, me hago morisquetas a mi mismo, y a veces, hasta me siento lindo. No puedo evitarlo. El sacarme la lengua, o poner caras a mi mismo cual mono de circo (sera que ya estoy adoctrinado por la gerencia??).
La cosa cambia cuando tengo que subir por alguna peticion de algun cliente. Me arreglo la corbata, me quito alguna pelusilla molesta del traje, me miro los zapatos...vamos, como si fuera a salir al escenario de una gran obra a interpretar el gran papel de "El Recepcionista".
Pero que me dicen de cuando uno ha comido algun alimento que le produce gases y por tanto, nuestro culo se convierte en la envidia de cualquier gaseoducto de Repsol-YPF. Esa si que es una situacion molesta. Porque claro, una cosa es viajar en el ascensor con la boca cerrada y otra muy distinta hacerlo con el culo fruncido.
Y ahi vamos, a la aventura de aguantar nuestros gases durante escasos segundos que se convierten en horas.
Y siempre, pero siempre, cuando estamos con el culo preparado para expulsar gases a cascoporro, vemos como las puertas del ascensor se estan cerrando y escuchamos unos tacones apresurarse e interrumpir el cierre de las mismas, y a su vez, inconcientemente, convirtiendonos en un gran recipiente carnico de gas comprimido.
Alli vamos, con el culo prensado, la boca cerrada, un imbecil hablando gilipolleces y un precioso culo delante nuestro.
Tendre que pensar en usar mas las escaleras...

lunes, 24 de noviembre de 2008

vacaciones - capitulo 5 -

Soñar despierto y despertarse de un sueño
(L@u is online)

Con cierto aire de melancolía y de que todo se acaba por mucho empeño que uno le ponga a las cosas, me desperté a las seis de la mañana para tomarme una cerveza y fumar un porro en la oscuridad.
No me apetecía mas que eso.
Deje a Maxi peleándose con Morfeo y bajé al salón.
A oscuras me fume un porro mientras escuchaba Radio Nacional de España y las noticias.
Siempre me ocurre que al estar de vacaciones renace una adicción a tener contacto con el mundo real. Es como pretender no olvidarme de un mundo que sigue girando aunque nos mantengamos en silencio, para no olvidar que al mundo le importamos demasiado poco.
En este séptimo día, al igual que el sexto, no tuve ganas de hacer mucho mas allá que respirar, y con cierta dificultad.
Inconscientemente recuperé la rutina de desayunar con un bocadillo de queso emmental, un gigantesco café con leche, un zumo de naranja que pretendía ser fresco y algo de fruta.
Igual que lo hago a diario en el hotel.
Resignado a que estas vacaciones estarían marcadas por el alcohol y las drogas, dieron con mi cuerpo a las seis de la tarde ebrio, drogado y al sol.
En estos momentos en los que no tengo a nadie con quien compartir mi estupidez, es cuando suelen surgir ideas realmente brillantes, teorías con la lógica mas absoluta, pensamientos que dejarían boquiabierto a cualquier filosofo contemporáneo, pero se da siempre la puñetera casualidad de que generalmente a la hora de ponerme a martillar el teclado de mi mugroso portátil me quedo en blanco, inerte, carente de materia gris...a donde mierda se fueron las genialidades?, acaso las genialidades también se emborrachan? Acaso también son victimas del dañino THC?.
Cene de mala gana un kebap de pollo con mucho picante, suerte que existe la cerveza.
Durante la tarde le estuve dando vueltas en la cabeza a darle vida a una ilusión.
Ilusión que me prometí no me haría, una ilusión que estuvo maniatada en el fondo de mi ser desde el primer instante en que cobro vida.
Esta enfermiza adicción a internet y a esa sensación de pertenecer a un mundo ajeno , muchas veces me hace tener la sensación de no ser un homo-sapiens.
Me produce la sensación de ser simplemente un eslabón de una gigantesca red de personas que no tienen ni idea de a donde van ni de donde vienen.
Mi ebriedad me hizo de compañía en un bar mientras esperaba que dos niñas dejen de navegar por barbie punto com (el paraíso del pedofilo). Nos cansamos de esperar y salimos a dar una vuelta deseando que esas nenitas mueran electrocutadas o cualquier tipo de desgracia natural. Cosas de la impaciencia.
Vuelta al bar, puse 3 monedas de euro que solo fueron suficiente para 45 minutos de navegación.
Busco el puto messenger pero ni rastro en todo el equipo. Busco al obeso símbolo de MSN pero nada...
Cuando estaba por recurrir al querido e-buddy, mis distraídas pupilas vieron a ese verde logotipo incrustado en la barra de navegación entre spyware y demás mierdas de casinos online.
“conecting...” y el puto verde obeso de msn girando y girando...una neurona que grita:”estará conectada?”. “calla imbecil!”, le grita una neurona con rastas y una botella en la mano.
Y ahí estaba lo que por mucho que me haya negado a ver o averiguar, ahí estaba.
En verde. Estaba ahí!, del otro lado, a unos cuantos kilómetros de aquí.
Jiji, jaja y demás sandeces de cortesía fueron dichas al principio, pero lo que me importaba era si la iba a ver.
De si finalmente esta espera que tanto mal me hace daba a su fin y podía tener la chance de realizar todas esas estupideces y pajas mentales que durante tanto tiempo me hice.
“como estas?”...”uff, hasta arriba de trabajo”.
Mierda , mierda, mierda y toneladas de mierda sobre mi!.
Sabia que detrás de esa simple respuesta se encontraba escondida cual indígena del Amazonas lista para atacar y devorarse de un bocado a un triste turista, una ilusión indefensa.
No quería patalear, no quería llorar ni nada. No quería nada. Pretendí ser simpático y que no me afectaba nada el no poder cerrar mis vacaciones viéndola, pero estoy casi seguro que de tan transparente que soy a veces, esta vez se podía hasta oler vía msn el olor a decepción que desprendía.
“chau, gordi...si en una de esas ves que tenes un tiempo para dedicárselo a un gordito con barba, ya sabes, avísame. Un beso, pecosa”
Ultimo trago a una cerveza ya caliente, y a casa.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Vacaciones - capitulo 4 -

La cámara acuática

¡Maldita resaca!
Quinto día de mis vacaciones, quinto día de resaca.
Como puedo me levanto y voy directo a por mi dosis de comida basura. Para el camino me voy fumando un porro.
Llego al trabajo de Maxi con mi sonrisa de cenutrio. “quarter pounder cheese burguer with bacon, aaaaaaaaaaandd a pint offf sidra”
Me siento fuera con mi locura y la pinta bien fría de sidra irlandesa.
Anya de Alemania llegaría luego mas tarde, yo mientras escapando del sol bajo la sombrilla en la terraza con mi pinta helada de sidra. Traen mi alimento, el que devoro sin apenas respirar.
El tiempo paso rápido y Maxi terminó de trabajar a eso de las 3. Nos levantamos moviendo el culo hacia el “tapas & Wines”, lugar donde ni vi una carta de vinos y la tapa mas elaborada eran unos pimientos de piquillo rellenos.
Suena el móvil, Anya de Alemania viene de camino para llevarnos a la playa. Se ve que estando borracho en algún momento dije que quería ir a la playa. (maldita manía que tengo de emborracharme y pedir pelotudeces).
Finalmente se producía un reencuentro con un mar que tantas veces le di la espalda por no tener valor a enfrentar cada día de mi vida.
Queríamos alquilar unos patines, pero nuestra ilusión de chabales se fue a la mierda cuando nos negaron alquilar uno porque el mar estaba algo revuelto.
Yo en mi locura mirando tetas y culos con el anonimato furtivo que esconden unas gafas de sol.
Dejamos las cosas , nos fuimos al mar con la mierda de snorkel que compramos, unas gafas para el agua compradas en un chino y la cámara acuática que en teoría no le entraba agua.
La violencia del mar nos machacaba sin pudor arrastrándonos por el fondo del mar lo cual no hacia disfrutar como enanos.
Intentamos usar la mierda de snorkel pero jamás en mi vida había tragado tanta agua. Por tanto a la mierda el puto snorkel y a intentar sacar fotos debajo del agua, definitivamente se esta mejor tumbado al sol y con un canuto en la boca.
Había lo que suele haber en una playa...guiris gamba, tetas con pezones asesinos, personas mayores con sus vergüenzas por el suelo, culos carentes de atención, nenes corriendo, nenas que se ahogan, en resumen, todo un universo paralelo que le importa un bledo la existencia de cualquier tipo de vida mas allá de la arena. Y yo, formando parte de ese mundo.
La sed y el viento trasladaron nuestros culos a otro sitio.
Inútil snorkel, empapada cámara sumergible y unas ilusiones de crió desdentado muertas en la arena.

martes, 11 de noviembre de 2008

Vacaciones - capitulo 3 -

Martes, resaca violenta y una mierda de hindu.

Hago obligado un repaso por lo ocurrido la noche del lunes.
Solo recuerdo que llegue a donde quería y por lo que cuentan estaba feliz. Parece ser que una vez abandonada la cerveza di paso a los gintonics. Siendo la reacción de todo esto que termine pidiendo, rogando, casi suplicando que se me preparen dos hot-dogs a las 3 de la mañana al tiempo que engullía sin parar (y sin animo de hacerlo) paquetes y paquetes de snacks.
Según registros fotográficos la barra del bar donde estuvimos junto a Maxi, quedo bautizada con mostaza, toques de mayonesa e incontables manchas de ketchup, y la maquina tragaperras que cumplió su papel a la perfección borrando la existencia de nuestros bolsillos algo así como 20 euros.
Abiertos los ojos, me encontré con mis huesos en uno de los sofá de Maxi.
Borrosa visión tuve de la mañana por unas lentillas que olvide quitar y limpiar.
“SKIN UPAAAA!” se escucha en el salón cual grito de guerra emitido por un ojeroso Maxi quien me señala unos trozos de hachis que yacen en la mesita ratona de la mesa.
Levanto mi resacoso cuerpo y como puedo me reincorporo. Cumplo con el grito de guerra y armo un porro; “otra vez...y bue..”, pienso mientras siento como el THC va contaminando mi sangre.
No existe resaca sin su correspondiente comida basura. Eso es tan cierto como que mi estupidez es cada vez mayor.
Casi arrastrando los pies por un tórrido asfalto llegamos al “fish & chips” donde trabaja Maxi.
Nos atendió Sara, una chica escocesa, flaca casi en los huesos, pelirroja como buena escocesa, delicada y con un tono de voz casi imperceptible que sumado a su acento escocés hace imposible entenderle palabra alguna.
Ante tal ignorancia de lo que nos hablaba tan solo nos limitamos a imitar sus gestos , si ella ríe nosotros también, si ella se enfada fruncimos el ceño...
“quarter pound cheese burguer and onion rings” esboce como pude con mi ronca voz y un marcadísimo acento británico., Maxi se pidió un kebap de pollo, y cuando nos preguntaron sobre la bebida en un duo que seria la envidia de Placido Domingo y Pavarotti, entonamos cual Barny “beer! Pint!”.
¡Gloria bendita al inventor de la comida basura como complemento a las resacas mas violentas!
¡Dios proteja a quien se le ocurrió que para quitarse el sabor a cloaca de la boca, mitigar una virulenta sed y calmar el constante martilleo que hay en esa rave que parece ser tu cerebro, no existe cosa mejor que una gigantezca pinta de cerveza , una hamburguesa que aun te preguntas como te la has comido y unas aceitosas patatas fritas rociadas de la mayor cantidad posible de condimentos varios!
El ritual de poner fin a una resaca es un procedimiento que cuanta mayor edad tenga uno, mas difícil será de desprendernos de esa incomoda visitante.
Son inequívocos los síntomas que podemos identificar en un resacoso, Tan solo vayan a un café un domingo por la mañana y podrán identificar a un resacoso. Ojeras, gafas oscuras, pelo desaliñado, ropa que jamás combina, es imposible que para comer un resacoso pida comida sana y saludable.
NO, un resacoso acude a los desesperados gritos de un organismo en llamas que pide a gritos toneladas de colesterol mandando a tomar por culo a los actimel y a la madre que los parió.
Y Yo, engullendo mi hamburguesa era un resacoso mas!
Dimos por finalizado el banquete al tiempo en que se reúnen dos factores:
a)cuando nos golpeamos la panza rebuznando “aaaahhh!” mientras nos estiramos para atrás, cuanto mas mejor, y
b)b) cuando el sol comienza a molestar dejando de ser un amigo.
Regresamos a casa a tumbarnos cuales morsas en el sofá.
Viene Anya de Alemania para ir a la playa, se ve que en algun momento estando borracho dije que quiero ir a la playa.
El agua estaba helada y había viento, así que solo nos sentamos sobre las toallas a mantener ese tipo de charlas que a uno le gusta tener.
Esas donde por un momento desaparece el mundo y sueltas un montón de cosas.
Donde todo es perfecto. Ese tipo de momentos que se tatúan a fuego en alguna pared del alma.
Comenzó a levantar el viento lo que nos obligo a levantar campamento.
Partimos a la casa de Anneken a buscar la cámara de fotos de ella. Era hora de arreglarse un poco y ver que nos deparaba la noche, y quedamos que por la noche haríamos algo con Anya de Alemania: léase beber y fumar.
Tuve tiempo suficiente para quedarme dormido en el sofá un rato y apaciguar aun mas la resaca, ya que Maxi tenia que ir a trabajar.
Entre sueños recibí a Marcelo, el padre de Maxi, todo despatarrado en el sofá.
Prendió la tele y estaban dando el partido del Barcelona por la Champions League. No me enteré de mucho , tan solo de que ganó el Barça y de que yo tenia mucho sueño.
Al rato llega Anya de Alemania con todo su desparpajo encontrándose el dantesco escenario de un gordo ceboso, barbudo y resacoso tirado en el sofá durmiendo.
Intente reaccionar pero fue en vano, necesite cinco minutos mas para ser persona, o al menos intentarlo.
Comenzó a hacer ruido mi orondo estomago, por tanto armamos el plan de ir a cenar con la compañía de Anya de Alemania, que ya había cenado, al hindú de 20 metros mas acá del trabajo de Maxi.
La gran pregunta de la cena fue si el turbante que llevaba nuestro camarero hindú era un trapo enrollado o ya tenia la forma esa. Jamás supimos la respuesta.
Contamos en la cena con un chabalito ingles que no tuvo mejor idea que intentar comunicarse con lo que quedaba de mi.
Me contó que su mierda de monopatín era una ambulancia, que el restaurante hindú era un hospital y que en los bares de alrededor había mucho enfermos y que él los tenia que traer al hospital. Imagínense lo que puede ser escuchar esta historia fumado y de resaca.
Mi instinto mas básico de odio hacia cualquier cosa que me moleste, despertó de mala ostia cuando el simpático inglesito salió con su mierda de monopatín y su estupidez a los gritos cual ambulancia.
Por un momento me lo imagine con un cuchillo clavado en la frente.
Cuando trajeron la cena recordé a un viejo amigo kenyata que tiene un restaurante de comida hindú, para mi gusto el mejor de toda la zona. Espero verlo estos días.
Pedí un plato que recordaba muy rico, pero que no sabia como ese recuerdo. El modo de que esta gente preparo el pollo korma y el pan de coco definitivamente no era el mismo que donde mi amigo , Shivum.
Pasada la cena y descubierta la forma de usar la cámara de Anneken, fuimos a esperar a Maxi. Asunto que se demoro mas de la cuenta y por tanto fuimos a fumarnos un porro digestivo con Anya de Alemania.
Terminando de armar el porro llega Maxi. Nos vamos a tomar un copa sin muchas ganas. A mi me duraba la resaca y la carita de Maxi delataba que el también seguía resacoso.
Anya acusaba cansancio también, así que el plan no seria muy fuerte.
Apenas fue una copa y a casa. A la deriva encallamos en un pub irlandés donde le dije una frase al camarero y este no me entendió ni una palabra, ya que era un irlandés que llevaba tres meses aquí en España, aunque esta zona de la geografía española es una especie de micro mundo paralelo.
Tan solo se habla ingles, cualquier otro idioma sobra.
Hicimos las típicas fotos de rigor como recordando los tiempos en donde nos conocimos todos. Éramos insultantemente jóvenes, con ganas de hacer millones de cosas, de poder soportar tres días de fiesta sin apenas resaca, unos desquiciados que pocas veces tenia limites,...pero ya no, ahora tenemos responsabilidades, sufrimos estoicamente las resacas, una dosis de comida basura se tolera bastante menos que antes, y por supuesto, ahora somos borrachos formales.
Anya de Alemania nos dejo en casa de Maxi, la que será mi residencia hasta el domingo.
El agotamiento que llevamos en el cuerpo nos dio fuerzas apenas para armar dos porros y subir las escaleras hasta la cama.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Vacaciones - 2 capitulo -

Estación Madrid

Maldito sea el tren que llego con un retraso de 15 minutos y que me obligo a ir corriendo al baño a armarme un porro deprisa y corriendo.
El tiempo justo para luego de hacer el check in darle unas cuantas caladas a ese porro mal hecho.
Pareciera como si una nerviosa Madrid te obligase por huevos a seguir su frenético ritmo.
Por un momento echo de menos la paz salmantina, pero para que preocuparme? Si las pocas caladas que le di a las puertas del tren con destino Alicante, con destino a mis amigos y unas cuantas cervezas, han sido suficientes para sonreír.
Con Madrid nunca nos terminamos de llevar bien.
Algunas veces por falta de tiempo, otras simplemente porque no apetecía, pero todavía no sabemos lo que es conocernos.
Supongo que será esa una de esas cosas pendientes en esta vida. Pero no por eso despreciar esos encantadores momentos en los que cual rata me escabullo en las calles de Madrid, casi violándola, casi invisible.
Guarda este Madrid también algún que otro rincón personal, pequeñísimo e infame, pero ahí, oculto en alguna parte habita un Madrid que ya hice mío.
Esta vez, Madrid, ha de disculparme. No es por descortesía, que bien sabe ella que disfruto visitándola, pero esta vez no he podido mas que saludarte a la distancia. Ni siquiera pude darle dos besos a mi querida Elena. Apenas te dejo un hola y un hasta luego. No es por preferencias, pero mi destino es otro, tengo que escribir un par de historias, recordar otras tantas.
Ya nos volveremos a ver, Madrid.
El tren ya se mueve. Parece tener vergüenza de irse así sin despedirse y por eso me saca de tus venas oculto en negros túneles.
Demasiado soles trae este sol y yo al lado de la puerta de salida.
Comer algo me vendrá bien.







Alicante, plenilunio y preludio.

Por dentro un volcán en plena erupción.
Ya estaba cerca, tantas horas en el tren valieron la pena.
Por accidente apago el móvil para luego no recordar el pin.
Tan solo tenia una hora para buscar una tienda de Vodafone para que me dieran la maldita clave y así poder llamar a Maxi y Anya que me esperaban en Torrevieja.
Solucionado el percance del pin gracias a una comprensiva persona de atención al cliente de mi compañía telefónica.
No quería reconocerlo pero estaba atacado de los nervios.
Todo el maldito viaje pensando en una situación de reencuentro.
El trayecto entre lo que es Alicante y Torrevieja no es muy largo, pero lo suficiente como para que uno se ponga a divagar mentalmente sobre mas de una estupidez sin mayor trascendencia.
Observe la luna que se mostraba insultantemente bonita y grandilocuente. Blanca y desnuda se mostraba a mi resecos ojos. Parecía un buen augurio de lo que se viene, como si fueran lo adornos de confeti que uno ve escondidos en esas fiestas sorpresa que tus padres una vez al año te hacen.
No di siquiera tiempo al bus, que ya trescientos metros antes estaba de pie con ganas de bajar.
Ya desde el bus vi a un Maxi gordísimo, acompañado de Anneken. Tenia ganas de abrazar al delincuente este. Es de esas pocas personas que valen la pena.
Durante el viaje de Alicante a Torrvieja ocurrió algo casi simpático. Anya me llama para preguntarme que por donde iba, para así poder calcular si salir a la estación de bus o esperar algo mas.
Pero resulta que yo creía que Maxi vendría junto con Anya, nuestra querida amiga alemana, para finalmente Maxi venir solo con Anneken, Novia con la que Maxi se pasa la vida peleando para después ser feliz como un conejo.
Y claro, esto enojó a Anya y con razón.
Maxi me llama y me dice:”tengo miedo de Anya, me va a pegar, esta enojada” jajajaja!...Al final, el muy carbón solucionó el asunto con una barra de chocolate milka.
Ya con los pies en Torrevieja y vivido ese fugaz momento de reencuentro, nos fuimos a beber. Y bebimos como cosacos.
Me alegro estar bebiendo junto a mis amigos, esa gente que tanto quería ver.